SOSTENIBILIDAD EN LA LIMPIEZA Y EN LA ALIMENTACIÓN.

Escrito por:
Javier
Publicado:
10.1.2022

¿Cuántas veces abres la nevera y descubres comida fuera de fecha? ¿Y esas cerezas con una cosa blanca a su alrededor?Sólo en 2020 en España se desperdiciaron hasta 1.363 millones de kilos de alimentos. 1.038 M K fueron productos sin utilizar y 324 millones preparados.

En teoría a nadie le gusta tirar la comida, pero que pasa con ese último pedazo que no quieres o cuando crees que vas a comer en casa y te vas de restaurante o simplemente tienes un capricho.

Tenemos más conciencia en no usar una pajita de plástico que un consumo verdaderamente responsable.Ser sostenible es fundamental, la ecología por si sola es insuficiente. Es muy importante tener en cuenta el coste de producción que hay detrás de cada producto, y este no es solo económico; agua, transporte, producción del envasé, producción del producto y un largo etc.

Cada día más empresas apostamos mejorar los hábitos de consumo y hoy vamos a mostrar la importancia de reducir desperdicios y ser, quizás, un poco más sosteniblesLa comida es una necesidad básica que todos necesitamos y el marketing se aprovecha de ello. Supermercados, restaurantes, bares, tiendas… El acceso es fácil, pero ¿qué hay detrás?Vamos a ver tres puntos fuertes.

1. El coste de producción

Aquí es donde empieza todo. Agricultura y ganadería proporcionan las materias primas y son el comienzo de los costes. Ahora empieza a imaginar:

Terrenos para plantar, pastar, infraestructuras, agua, maquinaria y combustible para moverla, utensilios y un largo, largo etc.Después vienen los distribuidores y fábricas de procesados. El transporte que cada una de ellas, empaquetar los alimentos, más los costes de energía en envasar y el de producir los envases. Luego hay que enviar los productos a las tiendas, de nuevo empaquetado, luces, maquinaria… y finalmente llega al consumidor.En definitiva, una enorme maraña de gastos y costes… pero eso no es todo…¿Sabes qué son los costes ocultos? Cada vez hay más datos que demuestran los efectos de producción convencionales de alimentos (no ecológicos), efectos graves en los ecosistemas y por supuesto en los seres humanos, resultandos insostenibles (ambiental, social y económicamente hablando) a corto y medio plazo.Los ciudadanos pagamos tres veces por los alimentos: 1 al comprarlos, 2 al pagar las ayudas que reciben los agricultores de nuestros impuestos, y tres, cuando intentamos arreglar los efectos nocivos ambientales y salud personal que provocan estos sistemas convencionales de producción. Estos son los denominados costes ocultos.Por otra parte, los que producen con prácticas ecológicas no los externalizan, simplemente porque no los generan o lo hacen de manera significativamente menor. Y aquí es donde se pone interesante. Su producción es menor, su coste de mano de obra mayor y sus precios más altos.

Estos precios es lo que ve que el consumidor haciéndolos difícil de competir con los medios de producción masivos. Lo que no se ve es el coste escondido para descontaminar y paliar la baja calidad.Para hacer un cálculo aproximado de costes ocultos, Jules N. Pretty de la Universidad de Essex de Reino Unido y utilizando ese mismo país como referencia y con estimaciones conservadoras, obtuvo una cifra de más de 2.300 millones de libras anuales de costes ocultos de la agricultura industrial en ese país. Los datos incluían los costes de descontaminar el agua de agrotóxicos y fertilizantes, los daños causados por la erosión del suelo y los gastos médicos por intoxicaciones alimentarias y por el mal de las “vacas locas”. No incluía los 4.000 millones de euros que los agricultores ingresaron en forma de subsidios; ni tampoco los 3.000 millones de euros de costes sanitarios a consecuencia de una alimentación inadecuada.Se estimo que los costes ocultos producidos por una agricultura ecológica serian aproximadamente tercera parte de las de la agricultura convencional y se verían compensadas con efectos muy positivos (Conservar biodiversidad, paisajes, empleo…).

2. El coste de tirar la comida

Toda la comida desechada que no va a una compostera o es debidamente tratada, acaba en los vertederos.¿Y cuál es el problema? Al fin y al cabo, es un desecho orgánico que se descompone.Los vertederos entierran millones de toneladas de residuos diariamente.

Esto genera un impacto muy negativo en el medio ambiente ya que esta práctica produce metano y dióxido de carbono, dos gases nocivos para el medio ambiente. Además, los restos que no se evaporan se pueden filtrar en la tierra afectando a plantas y acuíferos. Y aquí como vimos anteriormente vienen los costes de desinfección, tratamiento…

3. Ahorra dinero

Evitar el desperdicio de alimentos ahorra dinero. Lógico, si lo que se compra se consume, ese dinero que gastaste al menos lo utilizas.Si bien muchos de los datos de hoy son de 2020 y debido a la pandemia el gasto cayo un 10,7% de media respecto el año anterior.

El conjunto de los hogares españoles gastó casi 446.000 millones de euros y gasto medio por persona de 10.848 €La franja de edad entre 50 y 64 años es donde se concentra el mayor porcentaje de productos alimentarios desperdiciados (34,2% del total) seguido del grupo de 35 a 49 años (30,8%). Después van los mayores de 65 años (21,7%) y los menores de 35 años (13,4%).Y resulta que los jóvenes independizados son los que menos comida desperdician con solo el 4,7% del despilfarro de alimentos, frente al cerca del 15% en parejas con hijos pequeños o con edad media y el 17% en retirados.Hay que tener en cuenta que también hay partes de los alimentos que desechamos directamente por que desconocemos su utilidad, que sean comestibles o simplemente por preferencias. Entre otros muchos, la piel de las patatas y las manzanas son comestibles, la del plátano también y además es un gran abono para las plantas… podríamos seguir con la lista, pero ya te entretendrás buscando 😉

Costes de producción, costes ocultos, desechar y tirar la comida como hemos visto todo eso supone un continuo derroche y desperdicio de recursos cuando no e incluso contaminamos esos mismos recursos perdiendo su valor.

El planeta esta alcanzando su punto de “No retorno” los daños son cada vez mas severos. La alimentación es fundamental y no podemos vivir sin ella por eso debemos ser sostenibles. Sin retroceder mucho en el tiempo y puedes hablar con tus abuelos te darás cuenta de que aprovechaban prácticamente todo. Que comas una lechuga para comer no te hace ecológico evitar tirar la comida y aprovecharla todo lo posible si